¿Vitaminas para mejorar el rendimiento deportivo?

Son muchos los deportistas que de manera habitual toman alguno de los muchos suplementos vitamínicos que existen y se publicitan en el mercado, pensando que pueden tener un claro efector ergogénico (mejora del rendimiento deportivo) o incluso preventivo sobre ciertas enfermedades (la ingesta de suplementos con hierro es un claro ejemplo, intentando prevenir posibles estados o inicios de anemia).

Ahora bien, ¿qué evidencias científicas existen al respecto? ¿Resulta necesario y beneficioso el uso de vitaminas para la mejora de nuestro rendimiento deportivo?

Lo primero que debemos saber es que las vitaminas son un grupo de substancias químicas complejas, que no sintetiza nuestro cuerpo, que son indispensables para los distintos procesos metabólicos en pequeñas cantidades y es por ello que se engloban en el grupo de micronutrientes (igual que los minerales) y que las introducimos en nuestro organismo a través de la alimentación.

Las vitaminas se clasifican en dos grandes grupos; las hidrosolubles y las liposolubles, en función de que sean solubles en agua o en grasas. Las vitaminas hidrosolubles son; la Vit.-C (ác. ascórbico), las vitaminas del grupo B y la biotina. Éstas son de fácil absorción y se eliminan fácilmente por la orina, por lo que no se acumulan en el organismo y no son tóxicas.

Las vitaminas liposolubles son la Vit.-A, Vit.-D, Vit.-E y Vit.-K. Éstas no se eliminan fácilmente, se acumulan en el tejido adiposo y el hígado y su exceso puede llegar a ser tóxico.

Es indispensable mantener un nivel adecuado de todas las vitaminas para asegurar que no se vea afectada nuestra capacidad física ni nuestro rendimiento deportivo. Ahora bien, una deficiencia vitamínica (avitaminosis) siempre viene asociada con una determinada enfermedad (ej: la deficiencia de Vit.-C provoca el escorbuto) y no es fácil llegar a una situación de avitaminosis siguiendo una dieta variada y equilibrada. Por el contrario, un exceso de vitaminas (hipervitaminosis), ya hemos dicho que puede llegar a ser incluso tóxica para nuestro organismo en el caso de las vitaminas liposolubles.

No existen evidencias científicas que demuestren que la suplementación con vitaminas en un atleta sin carencias vitamínicas, pueda provocar efectos de mejora en su rendimiento. Bien es verdad que en el caso de la Vit.-C y Vit.-E, se les atribuyen propiedades antioxidantes, lo que si podría influir en aspectos relacionados con la recuperación del deportista, pero este es un tema que por su extensión, trataré en un artículo futuro. También es verdad que el efecto placebo tiene su influencia y es normal escuchar a deportistas con frases del tipo: “yo tomo tal o cual complemento vitamínico y me funciona muy bien”. El solo hecho de pensar que estamos tomando algo que mejora nuestro rendimiento a veces puede tener ciertos efectos positivos.

Nuestro consejo desde este blog es que en caso de que no tengáis una deficiencia vitamínica (sólo detectada con una analítica), cuidado con los suplementos vitamínicos. A parte de costaros un dinero, no os aportaran nada, ni mejoraran vuestro rendimiento y en casos puntuales y por sobredosis, podrían llegar a ser tóxicos para vuestro organismo.

La mejor manera de asegurarnos que nuestro cuerpo disponga de todas las vitaminas que le hacen falta, es seguir una dieta variada y equilibrada, donde nunca falten ni la fruta ni las verduras. Esta será la manera más natural y sana de mejorar nuestro rendimiento deportivo.

Andreu Canals
Lic. Químicas y Master Universitario en Nutrición
Entrenador Nacional de Ciclismo

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