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La importancia del periodo de acumulación
El conseguir un estado de forma óptimo que nos permita llegar a nuestro/s objetivo/s de la temporada, no es cuestión baladí, se trata de un proceso laborioso muy semejante al que podría ser la construcción de un gran edificio y para ello, necesitaremos crear unos buenos cimientos que nos permitan ir “construyendo” en volumen e intensidad hasta conseguir el hito deseado.
Como me decía un gran entrenador, amigo y colaborador; “En ciclismo, lo difícil no es conseguir un buen estado de forma. Lo difícil es que éste llegue, coincidiendo con nuestro objetivo de la temporada”.
Es por ello, que en el periodo de acumulación ponemos los cimientos y trabajamos una serie de capacidades, que nos ayudaran en el desarrollo posterior de nuestro rendimiento deportivo. Es el momento de empezar a introducir volumen, que se va incrementando paulativamente, trabajando nuestras capacidades aeróbicas, pero también de favorecer el trabajo de fuerza (ya sea fuerza máxima o fuerza resistencia). Las intensidades durante este periodo se mantienen bajas.
Es un periodo duro por cuanto el organismo inicia su adaptación al ejercicio e incluso puede llegar a resultar tedioso, al no vislumbrar todavía nuestro objetivo en el horizonte. Pero es un periodo absolutamente necesario y de vital importancia para nuestro desarrollo posterior.
Durante este periodo, trabajaremos básicamente las zonas cardio de “umbral aeróbico” (45-54% FC máxima) y “aeróbico extensivo” (55-64% FC máxima) y las de potencia Z1-Z3 (que se corresponden con la tabla de zonas de entrenamiento definidas en el post anterior), lo que nos ayudará a mejorar las capacidades básicas de resistencia y ayuda a la recuperación, además de aumentar nuestra capacidad aeróbica.
Sólo en la última fase del periodo de acumulación, introduciremos intensidades que se corresponden con la zona cardio de “aeróbico intensivo” (65-74% FC máxima) y de potencia Z4 (“umbral de lactato”), que nos ayudarán a mejorar nuestra potencia aeróbica y aumentar los ritmos intensos de larga duración.
Desde el punto de vista energético, durante este periodo favorecemos la obtención de energía vía aeróbica u oxidativa. Estos procesos podrán ser; glucolíticos (obtención de energía mediante la oxidación de glucosa), o bien lipídicos (donde la energía la conseguimos por oxidación de los ácidos grasos, en forma de triglicéridos musculares o sanguíneos). Por tanto, se trata de un periodo que por el nivel de intensidad (bajo-medio) y el volumen de entrenamiento (bajo-medio), nos irá muy bien para ir perdiendo los kilos de sobrepeso que hemos cogido durante el invierno.
En definitiva, mi consejo es que durante este periodo, seamos sobre todo constantes y tengamos continuidad en el trabajo, sin dejarnos deslumbrar por la buena forma física de algunos compañeros o rivales, que en un intento de “atajar” han reducido o eliminado directamente el trabajo básico del periodo de acumulación, pero que sin el cual les será muy difícil llevar a cabo el trabajo específico de periodos posteriores.
¿Tienes alguna duda concreta respecto a este post? ¿Hay algún tema que te merezca especial atención y que desearías que se tratase?. Puedes contactar conmigo utilizando el formulario que tienes a tu derecha.
Andreu Canals
Lic. Químicas y Master en Nutrición
Entrenador Nacional de Ciclismo